Nuestro rostro está formado por 3 capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis. Cada segmento tiene una función y un papel que desempeñar.
la epidermis
Nuestra piel está formada por 5 capas diferentes. No hay nervios ni vasos sanguíneos en esta capa. Esta es la parte de la superficie que vemos, ya que es la capa más externa.
- Estrato córneo: contiene células de la piel apretadas que ya no están en uso. Cuando somos jóvenes, nuestra piel se deshace de estas células con facilidad. A medida que envejecemos, debemos complementar el proceso de envejecimiento natural y exfoliar manualmente. De esta manera, nuestra tez se mantiene brillante y no parece apagada.
- Stratum lucidum: células translúcidas a través de las cuales puede pasar la luz. El uso de protector solar que refleje la luz y los rayos UV protege su piel evitará el envejecimiento prematuro.
- Estrato granuloso: donde las células mueren y se transfieren a la capa más externa de la piel para que se desprendan.
- Estrato espinoso: son células con hilos espinosos que se unen con la capa basal donde se retiene la humedad. Cuanto mayor sea el nivel de hidratación, más flexible aparecerá la tez.
- El estrato germinativo (también conocido como estrato basal) es donde el efecto del daño solar puede comenzar a aparecer. La edad y las manchas marrones comienzan a aparecer en forma de pigmento oscuro.
la dermis
Es la capa interna de nuestra piel y también es la más importante. Es muy delicado ya que contiene vasos sanguíneos, nervios, glándulas sudoríparas y sebáceas, folículos pilosos y papilares. Su función es aportar elasticidad a la piel a través de las fibras de colágeno. Las fibras de colágeno en la papilar contienen nutrientes que alimentan la piel. Lo hace con extensiones "similares a dedos" que se llaman papilas.