Los cinco mejores consejos para el cuidado de la piel durante el verano para una piel sana
Cualquier cambio de estación puede causar estragos en tu piel, pero debido a que el verano está asociado con la playa, trabajar en el jardín y pasar tiempo al aire libre, es importante recordar cuidar tu rostro en estos meses cálidos.
Todos tratamos de tener cuidado cuando nos exponemos al sol, pero a veces terminamos con lo que puede llegar a ser una dolorosa quemadura solar.
Bebidas de verano
1. Beba mucha agua. El calor no solo deshidrata tu cuerpo; también puede secar tu cutis. Asegúrate de llevar siempre una botella de agua y de tener un lugar donde puedas llenarla regularmente.
El hecho de que estés en la playa jugando en el océano no significa que tu piel o tu cuerpo se mantengan hidratados. ¡Sigue bebiendo agua! Uno de los signos reveladores de estar deshidratado es que no vuelve a su lugar.
Tome el dorso de sus manos, pellizque un pequeño trozo de piel entre dos dedos. ¿Lo que sucede? ¿Tu piel es flexible? ¿Rebota en su lugar? Si no, puede estar deshidratado. Es hora de empezar a beber más agua. Cada adulto necesita alrededor de 64 onzas de agua todos los días.
Si está bajo el sol, nadando en el océano o haciendo ejercicio, ese número debe aumentar a unas 20 onzas. Así que consigue una jarra de agua, no una botella. Llénalo por la mañana y llévatelo contigo. Al final de la noche, tu botella de agua debería estar agotada, un truco súper simple y fácil.
Recuerda, si no eres fanático del agua, puedes agregar saborizantes para que tenga un sabor excelente. Sin embargo, ¡esto no significa agregar azúcar, cafeína ni nada artificial! Simplemente tome un poco de fruta fresca y colóquela en su jarra. Los limones son uno de los mejores y más sabrosos.
Para una explosión de menta, echa un vistazo a nuestra receta de un mojito de verano . Las fresas también funcionan muy bien.
2. Evite el humo, el smog y la contaminación. Esto va a ser fácil para la mayoría de la gente. El verano es el momento de salir de la ciudad y tomar unas vacaciones en el campo.
Sin embargo, si se hospeda en la ciudad o visita un lugar donde sabe que habrá una contaminación grave, piénselo dos veces antes de reservar su vuelo. Nada es peor para tu cutis que el humo, el smog y la contaminación.
También es la principal causa de los radicales libres. Opte en cambio por una excursión al campo, donde el aire fresco le hará bien a su cuerpo y rostro. Si aún no puede escaparse y vivir en la ciudad, su siguiente mejor opción es usar un Suero Antioxidante.
Busque superfrutas como acai berry, arándanos, melones y otros. También puedes complementar tu dieta con ácido alfa lipoico para combatir los efectos de la contaminación.
3. Usa protector solar. ¡Esta es una parte esencial de tu cuidado de la piel de verano! El protector solar en tu maquillaje no va a ser suficiente. Antes de maquillarte (y especialmente si no usas maquillaje), aplica un protector solar con FPS alto que protegerá tu piel, no solo en la cara sino en todo el cuerpo.
Recuerde que el protector solar debe volver a aplicarse durante todo el día. Cada dos horas es mejor. Si estás en el agua o te estás ejercitando, es necesario aplicarlo con más frecuencia.
Un sombrero y una sombra son buenos, pero no reemplazan el protector solar. Así que asegúrese de que su piel esté protegida 15 minutos antes de salir.
4. Coma una dieta saludable y obtenga muchos antioxidantes. Puede ser tentador vivir exclusivamente de helados y paletas heladas, ya que el clima cálido dificulta cocinar o comer algo caliente. En lugar de comer mucha comida chatarra, dedique un poco de tiempo a preparar frutas y verduras frescas para la merienda. Consumir muchas verduras frescas y frutas llenas de antioxidantes ayudará a que su piel se mantenga joven.
5. Duerma lo suficiente. El atardecer se pone tarde y se levanta temprano, y con tantas actividades divertidas planeadas para el verano, se siente como una pérdida de tiempo descansar. ¡Pero que sea verano no significa que no necesites tu descanso de belleza! Dale a tu piel y cuerpo tiempo para recuperarse después de un largo día de trabajo o diversión.